Había una vez un emprendedor con un sueño que comenzó en la tranquilidad de Irlanda mientras trabajaba en Microsoft.

Alberto Jiménez, CEO de Smileat, decidió emprender su camino hacia el éxito con paciencia y determinación.

La historia se teje en un mundo donde la obsesión por el crecimiento rápido es moneda corriente. Sin embargo, Alberto eligió desafiar las normas y construir su imperio paso a paso, sin prisas.

Su travesía comenzó con dos intentos previos, pero fue en la tercera oportunidad, mientras residía en la verde Irlanda, que el destino le sonrió. Optó por alejarse del negocio online convencional y se aventuró en un sector inexplorado para él: la venta de alimentos para los más pequeños del hogar.

Sin conocimientos previos del mercado, Alberto se sumergió en esta nueva empresa con una mezcla de valentía y curiosidad. Lo que parecía un negocio simple y cotidiano se transformó en una epopeya de 8 años.

Desde un modesto comienzo, pasando por ferias interminables y colaboraciones con proveedores, hasta el momento culminante de tener su propia fábrica, el viaje de Alberto es una lección de resiliencia y perseverancia.

En este relato, cada paso cuenta una historia de aprendizaje, cada desafío es una oportunidad para crecer. La factura inicial de cero se elevó a 18 millones, pero detrás de cada cifra hay experiencias, fracasos y victorias.

Hoy, en el podio del éxito, Alberto comparte su historia en primera persona. La paciencia, la pasión y la decisión de seguir adelante en momentos difíciles son los ingredientes de este cuento moderno.

La crónica de Alberto Jiménez es un recordatorio de que, en el viaje emprendedor, las sonrisas no solo se encuentran al final del camino, sino también en cada paso dado con determinación y amor por lo que se hace.