Juan llevaba una década de recorrido profesional envidiable. Había trabajado en multinacionales, donde adquirió un ojo agudo para el negocio y el crecimiento, y en consultorías, donde perfeccionó su habilidad para diagnosticar y resolver problemas complejos. Luego, en Orange, aprovechó la oportunidad de probar sus propias ideas dentro de una gran corporación, explorando proyectos con libertad creativa. A pesar de la estabilidad y los aprendizajes, algo dentro de él buscaba algo más.

La chispa se encendió en el momento menos esperado, como ocurre a veces en las historias de emprendimiento. Fue durante una comida entre amigos, una tarde cualquiera, cuando la conversación se desvió hacia el futuro de los seguros. Entre risas, bocados y reflexiones, alguien dejó caer una frase que lo marcó: “¿Por qué no crear un seguro digital, rápido y eficiente, pensado para las nuevas generaciones?”. Aquella pregunta, tan casual, hizo eco en la mente de Juan. Empezó a visualizar una idea que hasta entonces le parecía lejana. ¿Podría realmente digitalizar el mercado de los seguros y hacerlo relevante para las nuevas generaciones? El desafío era tan emocionante como intimidante.

Decidido a probar, y con el respaldo de sus amigos, comenzó a darle forma a Tuio, un seguro online que buscaba cambiar las reglas del juego. Al fundar su propia empresa, Juan sabía que estaba ante un reto en el que tendría que reconstruir desde cero todos sus conocimientos y habilidades. Pasó noches planificando, investigando el mercado y afinando el modelo de negocio.

La transformación de idea a realidad fue un recorrido lleno de aprendizajes. Tuio creció rápidamente, y en menos de lo esperado, Juan pasó de estar solo a liderar un equipo de 40 personas. Su desafío no solo era construir un seguro digital, sino también establecer una cultura de empresa innovadora y alineada con los valores que creía indispensables para el éxito: rapidez, eficiencia y transparencia.

El viaje no estuvo exento de obstáculos. Atraer inversores fue una tarea delicada, ya que muchos de ellos dudaban del potencial disruptivo en un sector tan tradicional como el de los seguros. Juan tuvo que aprender a convencer y demostrar que su modelo podía no solo competir, sino también innovar en grande. Hoy, Tuio es una realidad, y Juan sigue adelante, inspirando con su historia de transformación, resiliencia y visión.